16 de junio de 2011

Aún recuerdo ese mediodía de 1998 cuando la pequeña del vestido índigo conoció el teatro. El guía los había traído a la antigua sala de espera, dónde en sus viejas épocas, los adinerados colmaban el ambiente con el humo de sus cigarros, y les había mostrado el quiosquillo, dónde yo pasaba ocho horas al día vendiendo chucherías y cafés, aburriendome de la monotonía de la gente que asistía allí, buscando una excusa para salirme de lo natural.
Entonces la ví.
Las palabras del guía eran claras y las mismas de siempre, les comentaba más de lo mismo y les avisaba que en breve los llevaría a conocer el taller escenográfico, pero a la niña no parecía importarle, ya que estaba muy ensimismada en su propio mundo. Por la luz que emanaban sus ojos era obvio lo que ella quería: conocer el escenario.
Casi podía oír su corazón gritando que deseaba más que nada colocar sus pequeños zapatitos de charol sobre el proscenio, cerrar los ojos e imaginarse en escena, interpretando el papel de su vida, con miles y miles de espectadores observandola.

Nadie imaginaría que diez años después, la pequeña del vestido índigo, volvería envuelta en pompas y grandeza para finalmente conquistar a su gran amor secreto.
Quizás ella no me recordase, quizás ni siquiera se habría percatado de mi existencia, pero para mi, su mirada no se había borrado de mi mente. Vestía el mismo esmoquin oscuro que traía puesto aquél día que la conocí; ese día que conocí aquellos ojos color café, y me había decidido a buscar su mirada por todo Buenos Aires, para volvérmela a topar en el mismo lugar donde se produjo nuestro primer encuentro.

10 comentarios:

  1. siempre volvemos al lugar de inicio de las historias de nuestra vida.

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  2. ¡Hola! Acabo de ver tu blog, y sinceramente, es muy dificil encontrar blogs de escritura tan bueno como este.
    Escribes muy bien y tus textos son de gran calidad.
    Te sigo!!

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  3. Me ha encantado el relato (y, ay, los zapatitos de charol me pueden)

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  4. Me alegro que te haya gustado mi blog, el tuyo a mi también:)

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  5. Pero y si pierdes a personas que quieres por no ser normal ? Entonces ya pierdo las ganas de sr especiaal...
    Respecto a esta entrada, decirte que me ha encantado, jo, escribs tan bien.. (:
    Un beso de esquimal.

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  6. Anónimo17:47

    tu blog es hermoso, te sigo ♥

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  7. Muy hermoso. Inocente y nostálgico.
    Gracias por tu comentario , te sigo tambien ;)

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  8. Hermoso tu blog, te leo de cerquita eh? ;)

    Una invitación al mío: globosagua.blogspot.com

    Besos de purpurina, alicia.

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  9. Porque esos primeros encuentros son los que te recuerdan el porque de los buenos momentos, o al menos eso me pasa a mi. Un abrazo enorme!

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