26 de abril de 2011

El corazon nunca olvida.

No sintió que hubiese problemas con retornar a su casa a pie. El cielo estaba nublado, y eso lo hizo pensar que lo peor que podría sucederle sería que de camino, unas pequeñas gotas le rozasen la piel.
Haría tiempo ya desde la última vez que él había pasado un tiempo a solas consigo mismo, le era imposible recordar cuándo era que se había detenido a pensar cómo se sentía con respecto al asunto.
Decidido a olvidarlo, retomó la caminata. Aún le faltaban unas tres cuadras.
Observaba el paisaje a medida que caminaba, un paso una casa blanca, otro paso un frondoso árbol, un paso un mercedes benz, otro paso un farol, un paso y otro, un paso y otro, no era una tarea difícil.

Aún no sabe si el crujido que oyó desde las profundidades fue de su corazón o de la hoja que al pisar se rompió. Supone que fue una perfecta situación causa-efecto.

El otoño se acercaba, pensó al tiempo en que se mordía el labio. 
Procuró cruzar la calle con atención — tan solo quedaban unos metros.
Levantó la cabeza y miró hacia el cielo, que estaba cubierto en su totalidad por las bellas hojas marrones de los árboles que bordeaban la acera. Llevó su vista hacia el suelo... las hojas marchitas también ocupaban un gran sector en la vereda. 
Un nudo se formó en su garganta, un nudo imposible de retener. Era algo así como una consecuencia de haberlo retenido por tanto tiempo, el nudo se había vuelto más difícil de desatar ahora que el tiempo era otro factor en el problema. No lo dejaba respirar.

La tormenta no comenzó si no hasta que las llaves hicieron contacto con la cerradura. ¡Vaya ironía! pensó al tiempo que secaba sus lágrimas.

18 de abril de 2011

Ultimo suspiro.

Las campanadas de la iglesia resonaron en todo el pueblo, y como acto reflejo él levantó los ojos al cielo, murmurando al tiempo en que parpadeaba las dos palabras que más temía oír:
— Es la hora.
Cruzó ambas piernas y me tomó las manos, para tomar impulso y que ambos podamos levantarnos juntos, pero yo no pude hacer fuerzas, me era imposible moverme, estaba tan asustada.
El miedo se había filtrado en mi cuerpo de un momento a otro y pronto recorría mi espalda como un sudor frío que se adhería a mi camiseta y me quitaba el aliento.
— No tengas miedo... estoy a tu lado, pase lo que pase.- susurró en mi oido. Era la última vez que lo escucharía haciendolo.
Inhalé una gran bocanada del oxígeno más puro que encontraría en todo el pueblo, debido a la cantidad de árboles que crecían en ese lado del parque. Nadie sabría la magnitud con la que extrañaría esas tardes donde solo necesitaba dejar mis problemas de lado, quitarme todas esas preocupaciones artíficiales, desprendiendome de mi abrigo artíficial también, olvidando la bufanda roja y la boina tiradas en el césped, para recostarme y respirar el sol que brillaba en el manto azul en las tardes más frías del otoño.
Sería mi última caminata por alrededor de ésos árboles que me habían brindado sombra cuando necesitaba un lugar donde llorar y ocultarme.
Y ahora debería partir, dejar todo atrás como si fuera sencillo.
Intenté levantarme, y él estaba allí para hacerme apoyo. Me ofreció su mano para darme fuerzas, rayos... sus manos rigusas, secas y cálidas... sería la última vez que caminaríamos juntos tomados de la mano, la última vez que la gente nos creería una pareja cuando en realidad, en realidad no éramos nada.
Suspiré... y sería la última vez que suspiraría.

13 de abril de 2011

Amor

Inocencia.
Caminar lo suficientemente cerca como para tomarse de las manos pero no hacerlo por miedo al rechazo, largas miradas que dicen todo a la orilla del rio, mirar una pelicula y constantemente sonreír imaginando qué podría estar pasando si tomasemos el valor de hacerlo, jugar una carrera montado en una bicicleta para ver quién llega primero al horizonte, silencios y sonrisas; para algunos esa es la perfecta definición de amor: inocencia.
Nada de emociones oscuras como los celos o la frialdad, nada de venganza o rencor, nada de hostigamientos crueles o mentiras, nada de otras intenciones, nada de futuros contaminados con dinero o pobreza, nada de sexo o abstinencia. Ni blanco ni negro: gris.
Esa sería la definición perfecta para el amor, una linda emoción a la cual nos entregamos y recibimos lo mismo a cambio, ni más ni menos... lástima que no vivimos un cuento de hadas.
Mirando la realidad, ¿qué es? ¿y para qué está, por sobre todas las cosas? el diccionario contiene tantas explicaciones a las cuales les encuentro menos lógica que a las que intento formular en mi mente teniendo en cuenta todos los problemas que éste genera. Cada uno tiene su propio significado de amor.
Lástima que el mio este tan contaminado.

6 de abril de 2011

inexpresion

El agua jugaba con el cadáver como se le antojaba, bailando con él de aquí para allá; dejándolo descansar en la arena cuando se cansaba de arrastrarlo a las profundidades, o golpeandolo sin piedad contra una superficie rocosa.

Era rídiculo ese tipo de vulnarabilidad. No podía soportarlo.
Realmente tocaba una partícula en mi interior y ésta se evaporaba, dejándome más vacía de lo que ya estaba.
Me dolía imaginar que el triste alma que había abandonado el cuerpo jamás se enteraría de lo que le estaba sucediendo a su anterior hogar.
Bailaba sin ritmo ni compás una triste melodía, flotando sin vida sobre un océano oscuro y tenebroso.
Sus ojos estaban abiertos, mirando al vacío pero totalmente inexpresivos. Era lo único que tenía algún tipo de sentido en la situación; éstos iban al compás de la muerte, porque ésta significa eso: inexpresión.
¡Qué triste era saber que en un futuro próximo, todos terminaríamos de igual manera! Flotando a la deriva,  y si ahora creemos que no tenemos control de nuestro destino, ¿entonces qué sería de nosotros entonces? ¿será posible que ni ahora lo tengamos y jamás lo vayamos a tener?