4 de abril de 2012

hasta que el primer disparo rompa el silencio

El sol se ponía por el este y salía por el oeste; te levantabas sonriente y preparabas el desayuno mientras yo intentaba sacudirme la modorra envuelta en las sábanas; "más leche que café, por favor" te gritaba desde la cama; y el mundo se daba vuelta por un instante.
Preferíamos continuar mintiéndonos que abordar la verdad, siempre había sido así y continuaría hasta llegar a la cima del éxtasis, a nuestras mejores sonrisas y nuestros mejores placeres; hasta que nos sorprendiera el primer disparo, augurio de guerra, y con ella la verdad pura y virginal sin diplomacia o maquillaje que mitigue la realidad. 

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