5 de julio de 2011

La triste música que tocaba el piano retumbaba en mis oídos mientras sostenía una taza de café en mis manos, intentando encontrar en ella algo de calor para caldear mi alma gélida y el frío que sentía por consecuencia.
Exhalé dentro de ésta y pronto mis lentes se empañaron.
— Eso es realmente tierno.


Tú, mientras saboreabas un whisky escocés, te acercaste a mí como si un imán te atrajera. Me echaste una mirada de pies a cabeza, evaluando si esperaba a alguien o si en realidad, estaba sentada en la mesa más alejada solo para refugiarme del frío que congelaba la avenida principal y no tenía motivo alguno para rehusar de lo que creías que era tu ansiada compañía. 


Al dirigir mi mirada a tus ojos y notar que mi café y éstos eran del mismo color, cruzó por mi mente la voraz e ingenua lujuria de ser capaz de beber tu alma del mismo modo que minutos antes hacía con mi elixir; pero, al recordar que si existe el cielo es inevitable encontrar un infierno latente en la tierra —y que en ésta tierra el infierno poseía un terreno más extenso que el cielo—, me arrepentí de haberte deseado de aquél modo y pronto me aventuré a preguntarte del modo más altanero que me fuese capaz qué era lo que hacías aquí, más que arruinarme una velada perfecta.


— ¿Qué, no lo ves? Estoy arrepentido.
— Estás ebrio, que es diferente. El whisky no solucionará tus penas, venir a hablarme en éste estado creyendo que yo soy más vulnerable de lo que eres tú es patético. Qué siquiera te atrevas a pensar que el alcohol te volverá más valiente y te dará las agallas que jamás tuviste ni tendrás es tristísimo, ¡me das tanta pena! — solté en un ataque de ira pero pronto tuve el presentimiento que las palabras que vociferaba eran como una neblina para tí que pronto te verías obligado a transpasar besándome, provocandome lo mismo que el alcohol provocaba en tí.

5 comentarios:

  1. Wow, es increíble. Mezclás tantas cosas que son tan complejas... Lo que transmiten los ojos de alguien, querer hacer algo y tener que hacer otra cosa, y el dolor que conlleva eso.. No se, muchas cosas complejas perfectamente tratadas. Sobre todo "al recordar que si existe el cielo es inevitable encontrar un infierno latente en la tierra —y que en ésta tierra el infierno poseía un terreno más extenso que el cielo—" eso me encantó. Me hizo acordar a lo último que escribí. Como uno puede caer tantas veces en la misma tentación.. Si querés pasá, soy P. de cianuro de oro, pero con nueva personalidad desde marzo, y por ende, nuevo blog^^.
    Cuidate Caro, como siempre un placer leerte:)

    ResponderBorrar
  2. Y si no es él, va a ser mi trago. JAJAJA.
    Bueno, seriamente, sos lo más, no podés escribir tan bien caro.

    ResponderBorrar
  3. Me gustó mucho la entrada, muy bien escrito. Lo de "beber tu alma" pensando en la taza de café me encantó! Qué complicado que resulta todo tantas veces, ¿no?

    un abrazo

    ResponderBorrar
  4. Anónimo22:00

    ¿Qué más puedo decir que no sepas? Simplemente, increíble.

    ResponderBorrar
  5. Pero si el te da lo que el alcohol le daba será porque le dejas... y cada vez será peor la droga.. o mejor :)

    ResponderBorrar