15 de julio de 2010

XXII

Increíble, ¿cuántas veces repetí el mismo monologo?
¿Cuántas veces creí que iba a ser capaz de olvidarme de tí?
Infinitas, pongamosle... veintidos.
Es la vigésima segunda vez, que estoy parada enfrente de todo un gran público repitiendo mi soliloquio ¿acabara alguna vez esta condena?
Estoy atascadísima, si pudiera pedir tres deseos serían: tenerte, superarte y... volverme a enamorar.
¿Cómo podré pasar de página? ¿volver a escribir una historia con otra persona que no seas tú?
No lo sé, pero tendré que averiguarlo: no puedo continuar así.

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